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Enfermera asesina, Beverley Allitt: La "Ángel de la Muerte"

INTERNACIONAL

31-05-2023


Foto: Web

Foto: Web

Redacción BajaNewsMx
Editorial bajanews.mx| BajaNews
Publicado: 31-05-2023 16:30:19 PDT
Actualizado: 31-05-2023 16:31:48 PDT

La enfermera siniestra que sembró el terror en un hospital británico

Beverley Allitt, una ex enfermera del Reino Unido, se hizo famosa por sus acciones atroces cometidas durante su tiempo en el cuidado de la salud. Conocida como la "Ángel de la Muerte", Allitt llevó a cabo una serie de ataques contra pacientes vulnerables, dejando a su paso una estela de tragedia y devastación.

 

Los crímenes de Allitt tuvieron lugar entre febrero y abril de 1991 en el Hospital Grantham and Kesteven en Lincolnshire, Inglaterra. Durante este período, se centró en niños a su cargo, inyectándoles dosis letales de insulina o aire, sofocándolos o causándoles daño deliberado en sus cuerpos. Sus acciones resultaron en la muerte de cuatro niños y en las lesiones de numerosos otros.

 

La magnitud de los crímenes de Allitt conmocionó a la nación y condujo a una exhaustiva investigación. En mayo de 1993, fue juzgada y encontrada culpable de asesinato, intento de asesinato y daño corporal grave. Allitt recibió 13 cadenas perpetuas y se le ordenó cumplir un mínimo de 30 años en prisión.

 

 


 

Durante el juicio, los motivos de Allitt permanecieron poco claros. El juez la describió como una "mujer malvada" que cometió estos actos sin una "razón aparente". Se cree que sufría del síndrome de Munchausen por poder, un trastorno raro en el que un cuidador daña intencionalmente a alguien bajo su cuidado para llamar la atención o ganar simpatía.

 

Uno de los aspectos más escalofriantes de los crímenes de Allitt fue su capacidad para ocultar sus acciones, desconcertando a los profesionales médicos y a los padres. Su caso puso de relieve la necesidad de aumentar la vigilancia y las medidas de protección dentro de los entornos de atención médica.

 

 


 

Reflexionando sobre sus acciones, Allitt afirmó: "Lamento lo que he hecho. Lamento las vidas que he quitado y las vidas que he arruinado". Sin embargo, sus palabras ofrecieron poco consuelo a las familias afectadas por sus crímenes, quienes continúan lidiando con la pérdida y el trauma causados por sus actos horribles.

 

El caso de Beverley Allitt sirve como un recordatorio inquietante del potencial del mal que acecha en lugares inesperados y del impacto duradero de aquellos que abusan de posiciones de confianza y cuidado. Su nombre siempre estará asociado con uno de los capítulos más escalofriantes en la historia de la atención médica en el Reino Unido.