Para muchos, vender en las calles puede parecer una tarea sencilla, pero para Arturo Rodríguez, un hombre de 54 años nacido en Nayarit y adoptado por Mexicali como su hogar, es un desafío constante. 

Desde los 14 años, Arturo se ha dedicado al comercio ambulante en las calles de la capital Bajacaliforniana, exponiendo su seguridad física no solo al tráfico vehicular, sino también a las inclemencias del clima extremo.

Arturo ha pasado su vida sorteando adversidades mientras ofrece sus productos entre los automóviles que transitan por la ciudad. Durante décadas, su rutina ha sido enfrentarse al sol ardiente y al peligro de trabajar entre los coches, todo para llevar el sustento a su hogar. “Pos ya tengo rato, los años no se dicen, 20 años aquí y 20 allá trabajando”, comenta Arturo, con la sabiduría y la resignación que sólo los años de trabajo duro pueden dar.

En los últimos tiempos, Arturo ha visto cómo las ventas han disminuido, afectadas por la economía y los cambios en el consumo. “Ahorita todo se ha ido pa’ baja, las ventas, el periódico ya se fue pa’ bajo, tienes que buscarle otras cosas, para renta, luz, agua. Vendo espárragos, vendo fresa, uva, cherry, camarones, aguja, vendo flores, lo que se pueda vender”, explica. Su oferta es variada y cambia con las temporadas, adaptándose a las necesidades y oportunidades que encuentra en las calles.

A pesar de las dificultades, Arturo considera que su trabajo es digno y que brinda más que solo ingresos; le da un propósito y un camino recto en la vida. “Es preferible trabajar que andar haciendo daño a la gente, echándote enemigos. Para eso son puntos buenos para uno, como persona, para que cualquiera pueda llegar a un lugar bueno”, reflexiona.

Arturo representa la historia de muchos vendedores ambulantes que, día tras día, enfrentan la incertidumbre y los riesgos que conlleva trabajar en las calles de Mexicali. Con su esfuerzo y perseverancia, busca ganarse la vida de manera honrada, mostrando que el trabajo, por difícil que sea, dignifica al hombre y lo aleja de caminos negativos.