La marca de moda ultra rápida Shein invitó a seis influencers estadounidenses a visitar las fábricas y centros de envío en China. 

Ahí, las invitadas entrevistaron a trabajadoras y trabajadores con el objetivo de mostrar el lado más optimista de Shein en medio de las críticas que ha recibido la marca ante los casos de explotación laboral y trabajo forzado reportados el año pasado a través de una investigación encubierta.

A pesar del esfuerzo de Shein, la invitación no salió como esperaban, pues el contenido de las influencers invitadas causó una reacción violenta en redes sociales.

 De hecho, la estrategia fue calificada como propaganda, al querer dar una respuesta a las críticas más frecuentes hacia la marca. Entre ellas el uso de materiales peligrosos, el trabajo forzado e infantil, y  las malas condiciones laborales.

Pero ojo, Shein no sólo está en la mira de las y los usuarios de Internet. Recientemente se presentaron dos proyectos de ley en el Congreso de EUA que podrían afectar los costos de envío de la marca china y el modelo de negocio que ha empleado en los últimos años.