El asesinato del político separatista Mikhail Filiponenko con un coche bomba realizado este miércoles en la ciudad de Lugansk al este de Ucrania, fue organizado por la propia milicia ucraniana según declaraciones del gobierno del país.

Filipenko era un legislador en la asamblea establecida por el Kremlin en el país y era el cabecilla del ejército de la “República Popular de Lugansk”, además de estar activo en la región apoyando el movimiento separatista en pro de Rusia desde el 2014.

Después de que se reportara el asesinato de Filiponenko la mañana de este miércoles por autoridades de ambos países, el servicio de inteligencia militar ucraniano tomó responsabilidad del mismo de forma inmediata, además de advertir que otros individuos sirviendo a la “Rusia terrorista” recibirían “retribución” similar a esta.

Después de atribuirse el ataque contra Filiponenko la inteligencia militar ucraniana tachó al mismo como un criminal de guerra y verdugo que dirigía campos de tortura en Lugansk, en los cuales prisioneros de guerra y civiles sufrían tratamiento inhumano.

Los comentarios del grupo de inteligencia militar llegan junto a una creciente cantidad de evidencia que prueban el uso de tortura por parte de las fuerzas rusas en contra de prisioneros ucranianos, incluida en ella violencia sexual. Un reporte realizado en agosto demostró que casi la mitad de los ucranianos detenidos en los territorios ocupados por Rusia eran víctimas de violencia.