Un predio de más de 10,000 metros cuadrados, ubicado a poca distancia de Guadalajara, se ha convertido en un escenario clave dentro de la crisis de desapariciones en México. Se trata del Rancho Izaguirre, señalado por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco como un centro de "reclutamiento forzado y exterminio" operado por el crimen organizado. El hallazgo de restos humanos y fosas clandestinas ha provocado indignación y un renovado debate sobre la violencia en el país.

Las investigaciones apuntan a una relación directa entre este predio y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), lo que ha llevado a un escrutinio detallado de su evolución a lo largo de los años. Un análisis realizado por el Centro de Investigación de Crímenes Atroces (CICA) ha utilizado imágenes satelitales para trazar una cronología del terreno, revelando patrones de actividad que podrían estar relacionados con su uso como sitio de exterminio.

Las primeras imágenes captadas en abril de 2011 muestran un predio completamente vacío, sin edificaciones ni cercos perimetrales. No es sino hasta finales de 2014 y principios de 2015 cuando aparecen las primeras construcciones, sugiriendo el inicio de actividades en el sitio.

Para enero de 2017, se observa la presencia de un vehículo tipo pick-up en el interior, marcando la primera evidencia de actividad documentada en el terreno. En diciembre del mismo año, un camión fue captado dentro del predio, transitando por un camino interno.

El 2019 fue un año de cambios significativos. En marzo y abril, se registró la construcción de una nueva edificación en la parte posterior del terreno, así como la remoción y posterior reinstalación de un techo en otra de las estructuras. Esto sugiere modificaciones internas en la organización del espacio.

En 2021, las imágenes muestran alteraciones en la vegetación, con un predio que pasa de estar cubierto de maleza en octubre de 2020 a completamente despejado en abril de 2021. Estos cambios podrían estar vinculados a la preparación del terreno para actividades ilícitas.

El análisis satelital revela que en mayo de 2023 aparecen al menos 19 formaciones circulares de tonos oscuros en la sección trasera del rancho, lo que podría indicar la existencia de excavaciones. Para septiembre de 2024, un operativo conjunto de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano llevó al rescate de dos personas secuestradas y la detención de diez sospechosos.

Finalmente, en marzo de 2025, nuevas imágenes muestran la presencia de tres cavidades en el predio, lo que supone un incremento en comparación con mayo de 2023. Sorprendentemente, la mayoría de las formaciones circulares observadas previamente han desaparecido, lo que podría indicar intentos de encubrimiento.

El caso del Rancho Izaguirre ha encendido las alarmas sobre la magnitud de la crisis de desapariciones en México. Con más de 500 indicios encontrados, incluidos restos óseos y prendas personales, las autoridades enfrentan una ardua tarea para esclarecer lo ocurrido y llevar a los responsables ante la justicia.

Mientras las investigaciones continúan, las imágenes satelitales se han convertido en una herramienta clave para reconstruir la historia oculta de este sitio, permitiendo a las víctimas y a sus familias conocer la verdad sobre lo que sucedió tras los muros del Rancho Izaguirre.