Por octavo año consecutivo, Finlandia ha sido reconocida como el país más feliz del mundo, de acuerdo con el Informe Anual sobre la Felicidad. En la edición más reciente de este ranking, Costa Rica y México lograron entrar en el selecto grupo de los diez países más felices, ubicándose en la sexta y décima posición, respectivamente.

Factores determinantes de la felicidad

El ranking, respaldado por la ONU, mide la felicidad en base a indicadores como el PIB per cápita, el apoyo social, la esperanza de vida saludable, la libertad, la generosidad y la corrupción. Los países nórdicos dominan las primeras posiciones, con Dinamarca, Islandia y Suecia siguiéndole de cerca a Finlandia, que incluso amplió su ventaja con respecto al segundo lugar.

Uno de los factores clave en la felicidad finlandesa es la calidad de vida que ofrece su sistema social, caracterizado por una democracia estable, bajos niveles de corrupción y una fuerte protección social. Además, el contacto con la naturaleza juega un papel relevante. "La naturaleza es un elemento importante de esta felicidad", menciona Eveliina Ylitolonen, estudiante en Helsinki, al referirse a los profundos bosques y miles de lagos del país.

Contrastes en la clasificación

Mientras algunos países mejoran en el ranking, otros han experimentado caídas significativas. Estados Unidos, por ejemplo, ha descendido al puesto 24, su peor desempeño desde 2012. Según el informe, este declive está vinculado a la disminución del bienestar, reflejada en el aumento de personas que comen solas, lo cual afecta negativamente la felicidad.

El informe también destaca el aumento de las "muertes por desesperación" en Estados Unidos, incluyendo suicidios y fallecimientos relacionados con el abuso de sustancias. No obstante, este fenómeno no está relacionado con cambios políticos recientes, ya que el análisis abarca el periodo de 2022 a 2024.

El país menos feliz

En el extremo opuesto del ranking, Afganistán se mantiene como el país menos feliz del mundo. La crisis humanitaria desatada tras la vuelta al poder de los talibanes en 2020 ha dejado a la población en una situación crítica, reflejándose en los índices de bienestar más bajos.

Uno de los hallazgos más interesantes del informe de este año es que los actos de generosidad y la confianza en la bondad de los demás tienen un impacto mayor en la felicidad que el nivel de ingresos. "La gente es demasiado pesimista sobre la bondad de su comunidad", aseguran los investigadores, citando la alta tasa de devolución de carteras perdidas en los países nórdicos como un ejemplo de esta confianza social.