Por Raúl González Rodríguez

 

Después de años de estar detrás de una pantalla para plasmar el análisis personal de sucesos diversos, me alejé un par de meses, quizá con cierto desdén por la manera en la que al día de hoy se desenvuelven varios colegas analistas, que más que contribuir con una opinión objetiva que pueda dotarnos del andamiaje fundamental de la dialéctica, han sido seducidos por el poder, terminando por convertirse en propagandistas del gobierno o en caso contrario, como blanco de éste por no acceder a su yugo, al menos no sin la respectiva “recompensa”. 

 

El maniqueísmo del que han sido presa los medios de comunicación como modelo de negocio, no puede entenderse en los diversos artículos de opinión de sus colaboradores, en donde se ofrece una valoración y análisis de algún tema en particular que representa la opinión personal, no la del medio que lo publica. Sin embargo, como lo mencioné, la adulación y las réplicas constantes de los actos de gobierno es mera propaganda y de esto depende la comodidad y lujos de algunos, así como el simple hecho de vivir al día, de otros.

 

Friedrich Nietzsche afirmó: “No sabría definir qué sentido puede tener la filosofía clásica en nuestros tiempos, sino el de proceder de manera intempestiva, es decir, de proceder en un sentido contrario al espíritu contemporáneo y, con ello, surtir un efecto sobre él y los tiempos futuros”. Actuar de manera intempestiva, es hacerlo en contra del tiempo y así, sobre el tiempo, en favor de un tiempo por venir. 

 

Desde mi concepción personal, el ejercicio del periodismo y de todos sus componentes también debe de ser intempestivo, pues no puede haber nada más simplista que el pensamiento vaya solo en una misma dirección. Si somos presos de una sola línea de pensamiento no se tiene libertad de expresión en un sentido más abstracto. No se puede ser pensador o analista con una perspectiva maniquea como cimiento.

 

Quizá estas líneas incomoden, pero coincido con lo estipulado por diversos periodistas reconocidos cuando afirman que el periodismo debe ser incómodo con los poderes por naturaleza. En mi recorrido profesional me apasionó la idea de escupir con tinta mi opinión, por lo que me he definido como un “opinólogo compulsivo”. A pesar de que mi área formativa se encuentra en el ámbito de la psicología y la psicoterapia y que, como a muchos, la vida me ha llevado por diversos lugares que jamás pensé explorar, me apasiona analizar el todo y la nada.

 

En este espacio en el que estaré presente semana a semana, intentaré con mucho ímpetu verter mi pensamiento sobre algunos tópicos que espero sean del agrado de quienes tengan a bien darle lectura. Por ello agradezco la oportunidad que me brinda el equipo de BajaNews para poder llegar a ustedes a través de sus múltiples plataformas digitales, pero, sobre todo, por permitirme la libertad total del contenido de esta colaboración, en la cuál aspiraré a ser, sino intempestivo, al menos objetivo y sin ataduras.

 

Los estribos… El ex gobernador de Durango José Rosas Aispuro Torres logró diferir una audiencia de imputación en el Poder Judicial de la Federación por delitos contra la libertad de expresión luego de cambiar de defensa. Si bien será un procedimiento largo por las tácticas dilatorias empleadas, lo sucedido aquí sentará un precedente. La FGR decidió proceder contra el ex gobernador por amenazar al periodista Iván Soto Hernández, director de un medio de comunicación local.