Entre la espada y la pared se encuentra el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, dado que del 22 al 24 agosto se llevará a cabo, en Johannesburgo, la Cumbre del BRICS, sin embargo Sudáfrica, también, pertenece a la Corte Penal Internacional, mismo que desde el pasado mes de marzo emitiera una orden de arresto contra Putin.

 

La CPI habría dictaminado una orden de aprehensión en contra del primer mandatario ruso, Vladimir Putin, por lo que calificó como crimen de guerra deportar a menores ucranianos, situación que derivó en justificaciones de ambas partes.

 

En cuanto a la propuesta de detener al señalado por la Corte Internacional, en la reunión pactada para el próximo mes, Ramaphosa explicó que arrestar a Putin sería declarar la guerra a Rusia, situación que no solo no se podría manejar sino que el mandatario recordó que en la época del apartheid, el Kremlin apoyo a Nelson Mandela.

 

La insistencia de cumplir las órdenes de arresto es impulsada por el partido opositor, Alianza Democrática quien ha llevado el caso a rumbo judicial, forzando así al gobierno actual a acatar las leyes, pero el primer mandatario sudafricano afirma que no sería coherente con la constitución iniciar una guerra con Rusia.