El Tribunal Federal de Justicia de Alemania acusó a 27 presuntos miembros de un "grupo terrorista" de extrema derecha, mismos que fueron arrestados el año pasado, de participar en un complot para atacar el Parlamento y derrocar el gobierno, al tiempo que revelan conexiones de los mismos con Rusia. 

 

Los cargos contra los conspiradores incluyen acusaciones por llevar a cabo varias reuniones con funcionarios del gobierno ruso en 2022, además de intentar implicar a Moscú en el establecimiento de un nuevo gobierno en Alemania.

 

A través de un comunicado los fiscales en el caso dijeron que "Los acusados pertenecían a una organización terrorista fundada a finales de julio de 2021, cuyo objetivo era eliminar violentamente el orden estatal existente en Alemania y sustituirlo por su propia forma de gobierno".

 

El movimiento en cuestión es llamado “Reichsbürger”, y se trata de una agrupación ecléctica de conspiracionistas e ideólogos raciales que rechazan la legitimidad del Estado democrático, forma gubernamental predilecta en la actualidad, y abrazan formas de gobierno antiguas, como la monarquía y el pangermanismo. Esta última forma de gobierno se trata de ideas unificadoras de distintos países germanos y en parte justificó el expansionismo alemán durante la primera y la segunda guerras mundiales.

 

Liderados por Enrique XIII Prinz Reuss, heredero de una dinastía aristocrática que gobernó la provincia alemana de Turingia durante 800 años, los 27 arrestados están acusados de acumular recursos financieros y armas, ambos en cantidades considerables, con el fin último dar un golpe de Estado contra el gobierno democráticamente elegido de Berlín.

 

El plan para dar el golpe de estado se consistía en un asalto al edificio del Parlamento de Berlín, conocido como Reichstag, con el fin de detener a los legisladores, hacerse con el control de la radio militar y desencadenar una insurrección general en toda Alemania; esto según tres acusaciones de fiscales federales presentadas en Fráncfort, Múnich y Stuttgart.

 

Tras derrocar al gobierno federal, los conspiradores pretendían ponerse en contacto con el gobierno ruso para negociar un nuevo orden para Alemania. Según las acusaciones, se celebraron varias reuniones entre miembros del grupo y funcionarios rusos en instalaciones diplomáticas de Alemania y al menos en un lugar no revelado de Eslovaquia. Además, se programaron otras tantas que no lograron concretarse.

 

Entre los arrestados se encuentra una mujer de origen rusa, que sirvió como intermediaria para celebrar las reuniones. Rusia negó cualquier participación con el grupo de extrema derecha.