La tradición de decorar árboles durante la temporada navideña es un fenómeno arraigado en diversas culturas a lo largo de la historia. Sin embargo, el árbol de Navidad, tal como lo conocemos hoy, tiene sus raíces en la Europa medieval.

Orígenes germánicos: El divino idrasil y el solsticio de invierno

En la antigüedad, los germanos creían en un árbol gigantesco llamado Divino Idrasil o Árbol del Universo, del cual pendían la Tierra y los Astros. Para celebrar el solsticio de invierno, decoraban un roble con antorchas y realizaban danzas a su alrededor. Con la cristianización, San Bonifacio reemplazó el roble por un pino en el año 740, simbolizando el amor eterno de Dios. El árbol se adornó con manzanas (símbolo de la tentación cristiana) y velas (representando la luz del mundo y la gracia divina).

Expansión de la tradición: De Alemania a España

Con el tiempo, la tradición se extendió a través de Europa. En 1605, se empezó a decorar el árbol con bolas y guirnaldas en Alemania para contrarrestar el frío invierno. Llegó a Finlandia en 1800, a Inglaterra en 1829 y al Castillo de Windsor en 1841. En España, se incorporó a los hogares en 1870.

Origen Celta: Transformación de una tradición pagana

La tradición celta, considerada "pagana" por no alinearse con las costumbres cristianas, se remonta al nacimiento de Frey, el Dios de la lluvia, el sol y la fertilidad, celebrado el 8 de diciembre. 

Originalmente, adornaban un árbol simbolizando el Universo con antorchas. Con la llegada de los cristianos, la tradición evolucionó: las antorchas se sustituyeron por manzanas y velas (representando el pecado original y la luz de Cristo). La forma triangular del pino simbolizaba la Santísima Trinidad.

El árbol de navidad en Alemania: Del "árbol del paraíso" a las galletas redentoras

Durante el siglo XVI en Alemania, la representación del "árbol del paraíso" el 24 de diciembre llevó a la colocación de obleas como símbolo cristiano de la redención. Estas obleas fueron reemplazadas posteriormente por galletas de diversas formas. En el mismo contexto, los alemanes tenían la "pirámide de Navidad", una construcción triangular con estantes donde se colocaban hojas, velas, figuras navideñas y una estrella. La transición de estos adornos a los árboles de Navidad dio origen al icónico símbolo navideño.

Martín Lutero y las velas: Una Perspectiva inspiradora

Se atribuye popularmente a Martín Lutero la introducción de velas en el árbol de Navidad. La leyenda sugiere que, impresionado al ver las estrellas a través de los árboles en su camino a casa, Lutero replicó el efecto con velas, marcando así otro capítulo en la evolución del árbol navideño.

Hoy en día, el árbol de Navidad es una parte integral de las celebraciones navideñas en todo el mundo. La gente decora los árboles con luces, adornos, guirnaldas y, a menudo, con un toque personal que refleja las tradiciones familiares y culturales. La costumbre ha evolucionado y se ha adaptado a lo largo de los siglos.