Los demócratas de la Cámara de Representantes han presentado pruebas que indican que el expresidente Donald J. Trump recibió al menos 7,8 millones de dólares de 20 gobiernos extranjeros mientras ocupaba el cargo presidencial. La revelación proviene de un informe de 156 páginas titulado "La Casa Blanca en venta", elaborado por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes.

El informe detalla cómo diversos gobiernos extranjeros, incluido China, interactuaron con los negocios de Trump, realizando pagos a propiedades como el Trump International Hotel en Washington, D.C., el Trump International Hotel en Las Vegas, la Trump Tower en la Quinta Avenida de Nueva York y la Trump World Tower en el 845 United Nations Plaza de Nueva York.

Destacando el informe como contrapeso a la investigación republicana sobre el presidente Biden, los demócratas subrayan que Trump violó la Constitución al priorizar sus intereses financieros personales sobre el interés público estadounidense. China encabezó la lista de países patrocinadores, con un total de 5,5 millones de dólares en pagos, seguido por Arabia Saudí con más de 615,000 dólares.

El hijo de Trump, Eric Trump, ha afirmado que los intereses extranjeros no influyeron en la presidencia de su padre, señalando que cualquier beneficio obtenido de los negocios se devolvía al gobierno federal mediante un pago anual voluntario al Departamento del Tesoro.

El informe destaca la falta de consentimiento del Congreso, según lo exige la Constitución, ya que Trump nunca buscó la aprobación para aceptar estos pagos. Aunque el documento reconoce sus limitaciones, señala la importancia de nuevas normas de divulgación y procedimientos formales para que los presidentes obtengan permiso del Congreso al recibir y retener riqueza de otros países.

Esta revelación intensifica las tensiones políticas, ya que los demócratas buscan demostrar la conducta indebida del expresidente, mientras los republicanos han abandonado la investigación sobre los tratos financieros de Trump para centrarse en posibles actividades de tráfico de influencias por parte del presidente Biden y su familia.

 

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