Este domingo el gobierno de Nicaragua anunció que las negociaciones con el Vaticano concretaron la liberación de dos obispos católicos y otros 17 miembros del clero que fueron encarcelados el año pasado en marco de la escalada en la represión del régimen actual en contra de líderes religiosos. 

 

Los encarcelados eran los obispos Isidoro del Carmen Mora Ortega de Siuna, Rolando Álvarez de Matagalpa; así como 15 sacerdotes y dos seminaristas. Todos ellos fueron internados en prisiones recientemente después de ser acusados por tribunales, en la mayoría de los casos, de apoyar un complot para derrocar el régimen del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo. 

 

Álvarez fue condenado a más de 26 años de prisión, despojado de su ciudadanía y declarado traidor en febrero pasado "por atentar contra la integridad nacional" y "propagación de noticias falsas." Las autoridades detuvieron al obispo Mora en diciembre.

 

Según el comunicado del gobierno nicaragüense, las autoridades vaticanas recibieron a los clérigos "en cumplimiento de los Acuerdos de Buena Fe y Buena Voluntad, que buscan promover el entendimiento y mejorar la comunicación entre la Santa Sede y Nicaragua, por la Paz y el Bien".

 

Vatican News, la operación de los medios de comunicación internos del Vaticano, confirmó que todos los miembros del clero, a excepción de uno que se quedó en Venezuela, llegaron a Roma el domingo y "ahora son huéspedes de la Santa Sede".

 

El Papa Francisco dijo durante el Ángelus a principios de año que los obispos y sacerdotes fueron "privados de su libertad" en Nicaragua y agregó que espera "que siempre se busque el camino del diálogo para superar las dificultades".

 

Álvarez fue encarcelado después de que se negara a partir hacia Estados Unidos como refugiado, después de que la administración de Joe Biden, presidente estadounidense, realizará un acuerdo para transportar 4 sacerdotes junto a otros 222 prisioneros políticos desde Nicaragua. 

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