Miles de manifestantes acudieron este lunes a la capital de Alemania para protestar por los recortes a las subvenciones del sector agrícola, alcanzando así su punto álgido frente a la famosa Puerta de Brandemburgo. 

 

Detrás de la multitud estaban los tractores que la semana pasada bloquearon las carreteras de todo el país, alineados en la avenida que atraviesa el parque Tiergarten de Berlín.

 

Tras las protestas de diciembre, el Gobierno dio marcha atrás en su decisión de suprimir un descuento fiscal para los vehículos agrícolas y anunció que la subvención al diésel se eliminará progresivamente en tres años, en lugar de suprimirse inmediatamente. Pero la Asociación Alemana de Agricultores afirmó que las concesiones no eran suficientes.

 

"Sin estabilidad en el campo, sin agricultura, nuestro país no tiene futuro", dijo desde el escenario el Presidente de la asociación, Joachim Rukwied. 

 

Aunque la protesta estaba motivada por las preocupaciones del sector agrario, este lunes fue también una válvula de escape para el descontento general con el gobierno, que se suma a la creciente presión sobre el Canciller del país, Olaf Scholz, después de luchar por arreglar un error presupuestario de mil millones de euros que condujo a los recortes de las subvenciones.

 

El Tribunal Constitucional alemán dictaminó en noviembre que la decisión del gobierno de reasignar 65,210 millones de dólares de fondos de emergencia no utilizados procedentes de la pandemia de coronavirus a su Fondo para el Clima y la Transformación (CTF) era inconstitucional, lo que obligó al gobierno a revisar los planes de gasto y hacer ajustes.

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