El concierto más grande en Tijuana el pasado fin de semana sin duda fue el de Carín León, en el estadio Chevron, sin embargo, una buena cantidad de personas se quedaron sin poder ver al hermosillense pues fueron estafados con boletos falsos, según denunciaron en redes sociales.

De acuerdo con los testimonios, la estafa fue mediante boletos físicos en todas las áreas, desde General hasta la zona Fan, cuyos precios superaron los 6 mil pesos por lugar. Los boletos falsos para Carín León variaron en su diseño; mientras algunos eran de mejor calidad en su falsificación, incluyendo código QR, otros lograron engañar a su comprador con el mínimo esfuerzo.

¿Qué hacer si me vendieron un boleto falso?

El Artículo 243 del Código Penal Federal señala que el delito de falsificación se castigará, tratándose de documentos públicos, con prisión de cuatro a ocho años y de doscientos a trescientos sesenta días multa. En el caso de documentos privados, con prisión de seis meses a cinco años y de ciento ochenta a trescientos sesenta días multa.

De acuerdo con el artículo 245 del mismo código, el delito de falsificación de documentos se sancionará toda vez que la persona que lo haga se proponga sacar algún provecho para sí o para otro, o causar perjuicio a la sociedad, al Estado o a un tercero.

También cuando alguien haga la falsificación sin consentimiento de la persona a quien resulte o pueda resultar perjuicio o sin el de aquella en cuyo nombre se hizo el documento.

Si fuiste una de las personas que adquirió boletos falsos para un concierto, lo más recomendable es presentar una denuncia ante las oficinas de la Procuraduría de la Defensa del Consumidor (Profeco) que cuenta con 146 módulos de atención y los teléfonos 5555688722 / 8004688722 si prefieres realizar una llamada.

También puedes acudir a sus líneas de atención de forma digital en la página de web de la Profeco o enviar un correo electrónico a la siguiente dirección: [email protected].

Por su parte, la Guardia Nacional tiene a disposición el número 088 para realizar denuncias con la llamada Policía Cibernética.