El martes por la madrugada, tropas israelíes tomaron  el control del cruce fronterizo de Rafah en Gaza en medio de las presiones internacionales para que no lo hiciera y mientras las negociaciones de alto el fuego con Hamás continuaban, informó El País. 

 

El lunes, el grupo militante Hamás dijo que aceptaba la propuesta mediada por Egipto y Qatar, pero Israel insistió que el acuerdo no satisfacía sus principales demandas.

 

La Unión Europea, Egipto y otras naciones del mundo criticaron el ataque, pero el presidente estadounidense Joe Biden respaldó a Israel. Aunque no se ha iniciado una invasión a gran escala en Rafah, las fuerzas israelíes aseguraron el paso estratégico, alegando actividad terrorista de Hamás.

 

Wael Abu Omar, un funcionario fronterizo de Gaza, informó que los viajes y el flujo de ayuda hacia la Franja "se detuvieron por completo" como resultado, reportó The Washington Post. Hamás acusó a Israel de intentar “exacerbar la situación humanitaria en la Franja cerrando” el cruce, a través del cual la ayuda fluye hacia Gaza y los pacientes salen para recibir tratamiento médico en otros países.

 

De acuerdo con The Associated Press, el cruce de Rafah con Egipto y el de Kerem Shalom con Israel son puntos de entrada críticos para alimentos, medicinas y otros suministros que mantienen con vida a la población de Gaza de 2,3 millones.

 

Las negociaciones para alcanzar un alto el fuego continuarán en Egipto, sin embargo el panorama no parece prometedor. El martes, un portavoz de Hamás declaró que no habrá acuerdo de alto el fuego si continúa la agresión israelí contra Rafah y el Ministerio de Defensa de Israel advirtió que continuará su operación en esa región hasta que las fuerzas de Hamás en la zona sean destruidas o el grupo insurgente entregue uno de los rehenes israelíes que aún retiene, reportó Reuters.

 

Se espera que las manifestaciones que iniciaron en Israel el martes para pedir al gobierno de Benjamin Netanyahu que acepte un acuerdo de alto el fuego. Los manifestantes han expresado su preocupación por que la nueva ofensiva de Israel en Rafah ponga en peligro las vidas de los rehenes supervivientes.