La Corte Suprema de Estados Unidos está evaluando esta mañana el caso US v. Skrmetti, un litigio que podría definir si los estados tienen autoridad para prohibir ciertas formas de atención médica para niños y adolescentes trans. 

Este caso, impulsado por la administración Biden en representación de familias con jóvenes trans, cuestiona la constitucionalidad de la ley de Tennessee que restringe el acceso a bloqueadores de la pubertad y terapia hormonal para menores, estableciendo sanciones civiles para los médicos que infrinjan esta normativa.

La legislación de Tennessee forma parte de una serie de leyes estatales aprobadas en los últimos años que regulan la atención médica para personas trans. Los partidarios republicanos de la ley argumentan que decisiones de esta naturaleza deberían tomarse en la adultez, mientras que sus detractores consideran que estas restricciones violan tanto los derechos civiles de los jóvenes trans como los derechos de los padres a decidir sobre la atención médica de sus hijos.

Durante la sesión, el juez Brett Kavanaugh planteó cómo un fallo a favor de los jóvenes trans podría impactar en el ámbito deportivo femenino, mencionando preocupaciones sobre equidad competitiva y seguridad. Por su parte, la procuradora general Elizabeth Prelogar respondió que este caso no aborda directamente esas cuestiones y que la Corte podría emitir una decisión limitada para requerir evidencia adicional que respalde la prohibición en Tennessee.

La jueza Amy Coney Barrett también exploró los derechos de los padres, un tema que, aunque no es el centro del caso, ha suscitado debates dentro del espectro conservador. Algunos republicanos, como la exrepresentante Barbara Comstock, critican la ley de Tennessee por contradecir principios tradicionales sobre la autonomía parental.

El juez Samuel Alito expresó escepticismo respecto a la evidencia científica que respalda los beneficios de los bloqueadores de la pubertad y los tratamientos hormonales para jóvenes trans, señalando cambios recientes en políticas médicas de países como el Reino Unido y Suecia. Sin embargo, Prelogar subrayó que estas naciones no han prohibido completamente estos tratamientos y que las principales asociaciones médicas estadounidenses respaldan la atención de afirmación de género como un estándar clínico esencial para mejorar la calidad de vida de las personas trans.

Con información de CNN.