El uso de estrobos y sirenas por parte de vehículos particulares sigue siendo un tema delicado en términos legales y de seguridad pública.

 Recientemente, el Secretario de Seguridad, Juan Manuel Sánchez Flores, confirmó que un vehículo conocido como “Patrulla Espiritual” fue detenido por elementos municipales debido a que utilizaba distintivos oficiales, como estrobos y sirenas, para cruzar semáforos en rojo, justificando una supuesta emergencia. Esta acción podría derivar en sanciones penales por el delito de usurpación de funciones.

Sánchez Flores explicó que cualquier vehículo particular que porte distintivos de la policía o de servicios de emergencia, sin la debida autorización, incurre en una falta administrativa que, dependiendo de las circunstancias, podría escalar a un delito penal. “Por sí mismo, el usar los distintivos policiales es la usurpación de funciones”, señaló el funcionario, quien también destacó que el caso ya fue turnado al Ministerio Público para determinar si existen delitos adicionales.

En este contexto, el funcionario subrayó que, aunque en este caso el vehículo iba vacío, de haberse transportado a una persona en contra de su voluntad, la situación podría haberse agravado al configurarse el delito de privación ilegal de la libertad. Sin embargo, aclaró que este delito solo se persigue si no hay evidencia de que el traslado fue solicitado por un familiar o por el propio pasajero.

El Secretario enfatizó que la Patrulla Espiritual no es un vehículo oficial y, por lo tanto, su uso de estrobos y sirenas constituye una infracción seria. Además, agregó que el Ministerio Público evaluará si se cometió algún otro delito paralelo, como el uso indebido de insignias oficiales o incluso la privación ilegal de la libertad. “Nosotros los ponemos en el primer momento por usurpación de funciones, pero la calificación final dependerá del Ministerio Público”, detalló.

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La “Patrulla Espiritual” se distingue por ser un grupo de apoyo para personas en situación de calle con problemas de adicción a quienes, suben a la camioneta con el objetivo de internarlos en el Centro de Rehabilitación “Jireh” en el Mariano Matamoros.