Las negociaciones entre Hamas e Israel sobre un posible acuerdo de alto el fuego y el intercambio de rehenes por prisioneros palestinos han avanzado significativamente, según informaron tanto funcionarios de Hamas como autoridades israelíes y estadounidenses. 

Jon Finer, asesor adjunto de Seguridad Nacional de Estados Unidos, expresó en CNN que "se ha hecho un progreso significativo" en las conversaciones, aunque reconoció que aún no se puede hacer una predicción definitiva. Afirmó que existe un acuerdo sobre la mesa que Hamas debería aceptar.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, comentó que las negociaciones, que se llevan a cabo en Doha, Catar, están logrando avances y que Israel está trabajando intensamente para alcanzar un acuerdo de rehenes, en colaboración con Estados Unidos.

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Sin embargo, persisten varias cuestiones problemáticas que complican las negociaciones. Un alto funcionario de Hamas destacó las demandas del grupo, como la retirada de Israel del corredor de Filadelfia, una franja de tierra estratégica en la frontera entre Gaza y Egipto, y el establecimiento de un alto el fuego permanente, no solo una pausa temporal. Además, aún existen desacuerdos sobre una zona de amortiguamiento propuesta por Israel dentro de Gaza.

El proceso de liberación de prisioneros palestinos también sigue siendo una cuestión compleja, con negociadores ultimando detalles específicos. Qadura Fares, jefe de la Comisión Palestina para Detenidos y Exdetenidos, viajó a Doha para asesorar a los negociadores sobre la lista de detenidos que serían liberados, en caso de que se llegue a un acuerdo.

A pesar del optimismo expresado por algunos funcionarios, las declaraciones de Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas de extrema derecha en Israel, reflejan la oposición interna en el gobierno israelí. Smotrich calificó el posible acuerdo de alto el fuego como una "catástrofe" para la seguridad nacional, y varios miembros del partido Likud han expresado su preocupación sobre los términos de las negociaciones, haciendo énfasis en que Israel no debe depender de otros para su seguridad.

Las negociaciones han cobrado relevancia en el contexto político actual, con presiones tanto de la administración estadounidense como de la entrante de Donald Trump, quien también ha influido en el proceso. Netanyahu, el primer ministro israelí, se ha visto obligado a equilibrar las presiones internas y externas, buscando un acuerdo antes del 20 de enero, cuando Trump asumirá su cargo.

A pesar de los avances, las esperanzas de la población gazatí siguen siendo cautelosas. Desde el ataque del 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra, el número de muertos en Gaza ha superado los 46,000, y los residentes temen que las negociaciones no sean más que "promesas vacías."