Controvertida como es, la alcaldesa de Rosarito Araceli Brown Figueredo, ha conducido su gobierno con tal ligereza que en más de una ocasión raya en lo ridículo; se le conoce más por sus escándalos que por logros en su administración.

 

Araceli Brown Figueredo

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Se le ha visto tomando alcohol en la oficina de la presidencia, como si eso no estuviera prohibido y hasta sancionado para cualquier funcionario, pero los reglamentos no aplican para ella, como aquello de “no me vengan con que la ley es la ley”.

 

Brown Figueredo se ufana en decir que es una mujer honesta y trabajadora, pero sobre todo de principios, ojalá pueda explicar en principio cómo es posible construirse una mansión en un exclusivo fraccionamiento tan solo con su sueldo, después de vivir hasta antes de que fuera alcaldesa, en una ‘traila’, de buen tamaño eso sí, ¿será que es buena ahorradora? Pero ni, aun así, las cuentas no cuadran.

 

Las críticas para Araceli Brown son como jabón, Zote de preferencia, pues asegura que se le resbalan, tal vez por eso llevó a su nieto a la sesión del cabildo apenas hace unos días donde se trataron asuntos de relevancia como la autorización de 12 millones de pesos para, ahora sí, proteger los equipos de cómputo y la información que obra en manos del Ayuntamiento, después del supuesto hackeo ocurrido hace unas semanas.

 

Mientras se trataban éste y otros asuntos importantes para las finanzas del Ayuntamiento, ella dedicaba toooda su atención al bebé de su hija al que daba de comer con una mamila mientras le hacía arrumacos y no es que esté mal no señor, pero por favor, hay lugares y momentos, sobre todo si su hija estaba en la oficina de la presidencia.

 

Así Araceli Brown se conduce, buscando bronca con todo aquel que quiera, incluso de su mismo equipo, si es que se atreven a señalar que se equivoca y que sus pleitos sobre todo en Facebook, serán una dura barrera a vencer por quien la suceda.

 

Quizá los únicos que no han sido tocados son los transportistas, a quienes defiende por sobre todas las cosas.

 

¿Por qué será?

 

Silvano con Marcelo

Y siguiendo con el quinto municipio, que es algo así como pueblo chico, infierno grande, Silvano Abarca Macklis, uno de los personajes de la política más conocidos tal parece que olvidó a qué partido pertenece.

 

 

Silvano Abarca Macklis

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Y es que el sábado pasado asumió como coordinador de la oficina de Centro de Apoyo para Marcelo Ebrard, quien busca la candidatura de Morena a la Presidencia de la República.

 

En el acto estuvieron Carlos Candelaria, quien viene siendo como la mano derecha de Ebrad y quien viene siendo el coordinador nacional de su promoción en el País.

 

También estuvo el diputado federal Ramón Vázquez, quien coordina en Baja California los apoyos para Marcelo.

 

Pues en la oficina de Rosarito quedó como coordinador Abarca Macklis, el dos veces alcalde de Playas de Rosarito.

 

Él actualmente es regidor independiente en el Cabildo de dicho municipio, pues participó en la pasada en la elección apoyando la fórmula de Francisco Serrano.

 

Su trayectoria política ha sido más bien con el Partido Acción Nacional, aunque también fue candidato por el Partido Nueva Alianza, partido de Elba Esther Gordillo, ahora ya extinto.

 

Tal parece que, aunque no es morenista, los cercanos a Marcelo vieron en él a un operador político para el quinto municipio y por su parte Silvano ha de haber visto una forma de ganar, pues sus movimientos en política apuestan a sacar provecho.

 

Silvano y Serrano tienen en Rosarito trabajada muy bien la estructura electoral y de lideresas (doñitas) de las colonias.

 

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