El nombre de Justin Bieber vuelve a ocupar titulares, esta vez no por su música ni por sus movimientos en redes sociales, sino por una compleja situación financiera que involucra a su antiguo representante y mentor, Scooter Braun. Una reciente auditoría ha revelado que el artista canadiense aún le debe cerca de 9 millones de dólares al empresario, quien además cubrió una deuda de 24 millones del cantante en 2022.

La situación se remonta a la gira Justice World Tour, durante la cual Bieber recibió un adelanto de 40 millones de dólares por parte de la promotora AEG. Sin embargo, complicaciones de salud lo obligaron a cancelar gran parte de los conciertos, lo que generó la obligación de devolver 24 millones. Según fuentes cercanas, Bieber no tenía liquidez en ese momento y recurrió a Braun, quien a través de su empresa Hybe asumió el pago.

El acuerdo entre ambos estipulaba que el cantante devolvería el dinero en un plazo de diez años, pero solo se cumplió con un pago inicial. A partir de ahí, el vínculo profesional y personal entre ambos comenzó a deteriorarse. Mientras el entorno de Braun asegura que el equipo de Bieber comunicó que el artista no podía cubrir la deuda, representantes del cantante argumentan que el exmánager ya había ganado más dinero del que le correspondía durante su gestión.

Ante la disputa, Braun contrató a la consultora PriceWaterhouseCooper (PWC) para realizar una auditoría independiente. Tras seis meses de investigación, el informe concluyó que Bieber aún le debe exactamente 8.806.000 dólares. Aunque el equipo legal del artista no ha cuestionado públicamente los resultados, se sabe que también encargaron su propia auditoría, cuyos resultados aún no han sido divulgados.

Este nuevo episodio vuelve a poner en tela de juicio la gestión financiera de la estrella pop, cuya fortuna se estima en unos 300 millones de dólares. En 2023, Bieber vendió su catálogo musical con unas 300 canciones al fondo Hipgnosis Songs Capital por aproximadamente 200 millones de dólares, una medida que muchos interpretaron como un intento urgente de liquidez.

La preocupación en su entorno crece. En informes anteriores, medios como TMZ y Page Six han señalado que el cantante mantiene un estilo de vida con gastos desorbitados y que incluso ha contemplado demandar a sus asesores financieros por una presunta mala administración de su patrimonio. Un excolaborador citado por The Hollywood Reporter fue tajante: “Verle desintegrarse así es ver la encarnación de alguien que ha perdido el rumbo. Nadie se atreve a ponerle límites”.

A sus 31 años, y tras más de una década de éxitos, Bieber enfrenta ahora un reto ajeno a los escenarios: recuperar el control de sus finanzas y reconstruir su estabilidad personal y profesional.