El conflicto en el este de la República Democrática del Congo (RDC) continúa cobrando vidas civiles en medio de una crisis humanitaria de gran magnitud. La noche del martes, al menos 13 personas fueron asesinadas en el barrio de Turunga, en el territorio de Nyirangongo, por el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), según informaron líderes de la sociedad civil local.

Julien Kinyambisa, líder comunitario de Nyirangongo, confirmó que los cuerpos de las víctimas aún permanecen en el lugar a la espera de ser sepultados. "Se trata de jóvenes que fueron asesinados anoche por los rebeldes del M23, que ocupan el territorio de Nyirangongo. Los cuerpos están allí en Turunga e ignoramos por completo la causa de su asesinato", explicó Kinyambisa. Agregó que la comunidad se encuentra sumida en la psicosis debido a la constante presencia de los rebeldes, quienes extorsionan a la población a diario.

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El territorio de Nyirangongo cayó en manos del M23 en enero, tras intensos combates con el Ejército congoleño. Desde entonces, miles de personas han huido del conflicto. Sin embargo, muchas están regresando tras haberlo perdido todo, en un intento por retomar sus actividades, a pesar del riesgo latente.

El coronel Patrick Idumu, administrador de Nyirangongo, actualmente refugiado en Kinsasa, confirmó la posibilidad de que este ataque haya ocurrido: "Desde hace un tiempo está tranquilo allí, según el último informe que tengo. Pero creo que es cierto que este incidente ocurrió. Es posible en Turunga".

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El M23, grupo rebelde conformado mayoritariamente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994, ha avanzado en varias zonas estratégicas desde la reactivación de su actividad armada en 2021. Su presencia en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur, ambas ricas en minerales como oro y coltán, ha desatado una crisis humanitaria. Según UNICEF, más de 850,000 personas han sido desplazadas desde enero, mientras que el Ministerio de Salud congoleño reportó más de 8,500 muertes en Goma y sus alrededores.

Amnistía Internacional ha denunciado que desde que el M23 tomó Goma en enero, ha cometido violaciones masivas de derechos humanos, incluyendo secuestros, torturas y violaciones en grupo. La organización ha documentado asaltos a hospitales, donde los rebeldes han sacado a pacientes y soldados heridos de sus camas para someterlos a tortura. Además, activistas, defensores de derechos humanos y periodistas han sido blanco de detenciones arbitrarias y agresiones.

Los niveles de violencia sexual en la región han alcanzado cifras alarmantes, con casos de violación y abusos cometidos por combatientes del M23 y miembros del Ejército congoleño. La comunidad internacional, incluidos organismos como la Unión Europea y la Comunidad de África Oriental, ha sido instada a ejercer mayor presión sobre todas las partes en conflicto para proteger a la población civil y garantizar el respeto al derecho internacional humanitario.