Debido a los terremotos ocurridos el 6 de febrero, alrededor de 4,6 millones de niños en Turquía y 2,5 millones en Siria, han sido afectados, y se estima que miles de niños han muerto, informó el  Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

También muchos menores que han sobrevivido al desastre, han perdido a sus padres, destacó James Elder, portavoz de la organización, añadiendo que no se tiene una cifra exacta de cuántos menores quedaron huérfanos, pero en Turquía al menos unos 1,300 fueron separados de sus familias.

Otros niños, junto a sus familiares  “están durmiendo en la calle, en centros comerciales, escuelas, mezquitas, estaciones de autobús y debajo de puentes, por miedo a regresar a sus casas”.

James destacó que en Siria  “los menores de 12 años no han conocido otra cosa que el conflicto, la violencia y el desplazamiento forzado“, asimismo desde que inició la guerra civil en 2011, esos niños han tenido que cambiar de casa hasta siete veces.

Las autoridades turcas mencionaron que de los 1,362 menores de edad no acompañados después del terremoto, aún 291 no han podido identificarse.

La ministra de Familia y Servicios Sociales, Derya Yanik declaró “Actualmente tenemos registrados 1,362 niños no acompañados. De ellos, 369 fueron identificados por sus familias y entregados a las mismas” añadiendo “Hemos identificado las identidades de 1,071 de estos niños. Aún no se ha determinado la identidad de 291“.

Las autoridades indican a la población que entreguen a los funcionarios del Estado a los menores que están sin acompañantes, no a las personas que dicen ser sus familiares o parientes, ya que como ocurrió en el terremoto de 1999, muchos de estos niños eran secuestrados para diverso fines.