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Dramaturgia universal: Los clásicos que revolucionaron el teatro mundial

VIDA Y ESTILO

27-03-2025


Foto: Web

Foto: Web

Redacción BajaNewsMx
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Editorial bajanews.mx| BajaNews
Publicado: 27-03-2025 10:53:31 PDT

Tragedias, comedias y dramas que definieron épocas y conmovieron a generaciones

Desde los antiguos anfiteatros griegos hasta los modernos escenarios de Broadway, el teatro ha sido un espejo de la sociedad, un espacio donde las pasiones humanas, los conflictos universales y las emociones más profundas cobran vida. A lo largo de los siglos, grandes dramaturgos han creado obras que no solo entretienen, sino que también desafían, conmueven y perduran en la memoria colectiva. Estas piezas, escritas en distintas épocas y culturas, exploran temas tan eternos como el amor, el poder, la traición y la lucha por la identidad, demostrando que, aunque cambien los tiempos, las inquietudes del ser humano siguen siendo las mismas.


Entre las obras más emblemáticas se encuentra "Hamlet", la magistral tragedia de William Shakespeare (1603), donde el príncipe de Dinamarca se debate entre la duda y la acción, en una reflexión profunda sobre la existencia. El mismo genio inglés dio vida a "Romeo y Julieta" (1597), historia que ha trascendido como símbolo del amor imposible, capaz de unir incluso a enemigos irreconciliables.

 


En el Siglo de Oro español, Fernando de Rojas revolucionó la narrativa dramática con "La Celestina" (1499), una obra que mezcla comedia y tragedia en un retrato descarnado de las pasiones humanas. Ya en el Romanticismo, José Zorrilla inmortalizó al seductor por excelencia en "Don Juan Tenorio" (1844), un drama donde el amor, la muerte y la redención se entrelazan en una noche de difuntos. Y en el siglo XX, Federico García Lorca llevó al escenario la opresión y el deseo reprimido en "La casa de Bernarda Alba" (1936), un grito silencioso entre paredes blancas.

 


El teatro clásico griego nos legó "Edipo Rey", de Sófocles, una obra maestra sobre el destino y la ceguera, mientras que, en el siglo XX, Samuel Beckett desafió las convenciones con "Esperando a Godot" (1953), pieza cumbre del teatro del absurdo que cuestiona la espera infinita y el sinsentido de la existencia.


Al otro lado del océano, autores como Tennessee Williams y Arthur Miller retrataron el lado oscuro del sueño americano. "Un tranvía llamado Deseo" (1947) explora la fragilidad mental y la decadencia, mientras que "Muerte de un viajante" (1949) desnuda la cruda realidad detrás del fracaso y las ilusiones perdidas.


Y aunque nació como novela, "El fantasma de la ópera", de Gastón Leroux, encontró su verdadera gloria en la adaptación musical de Andrew Lloyd Webber (1986), convirtiéndose en un fenómeno global que fusiona romance, misterio y drama en un espectáculo inolvidable.

 


Estas obras, entre muchas otras, no solo han definido géneros y movimientos artísticos, sino que continúan representándose en teatros de todo el mundo, demostrando que el poder de una buena historia es atemporal. El teatro, en su esencia, sigue siendo ese lugar mágico donde las palabras se transforman en emociones, y donde el público, siglo tras siglo, encuentra reflejos de su propia humanidad.