Queridos automovilistas, pueden respirar tranquilos: ¡la gasolina no subió! Pero antes de que vayan corriendo a llenar el tanque con esa sensación de victoria, déjenme contarles, lo que sí subió, y bien subido, fueron los impuestos. Porque claro, el Gobierno nunca te sube una cosa sin bajarte otra… la moral, por ejemplo.

No subió la gasolina, subieron los impuestos

El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) ahora parece ser el protagonista de esta novela de drama fiscal. En lugar de pagar gasolina, pareciera que estamos llenando nuestros tanques con litros de impuestos premium. ¿Quién necesita combustible de alta calidad cuando puedes tener un surtido fino de «tributo gubernamental»?

El tanque lleno… pero de frustración.

Para los que llevaban la calculadora mental al cargar gasolina, les tengo un dato: en 2024, de esos 40 litros que echabas al tanque, ya sentías el golpecito de los 247 pesos en impuestos. Ahora, en 2025, el ajuste te regala un «upgrade» a 258.22 pesos.

Así que, si te quejabas de la inflación, aquí tienes la “versión con turbo”.

Y no, no es que la gasolina sea más cara, es que ahora el gobierno quiere que aprecies aún más cada kilómetro que recorres. ¿Te acuerdas de esos anuncios que decían «ahorra gasolina»? Bueno, ahora puedes ahorrar impuestos… caminando.

La magia del IEPS: pagar más por lo mismo

El IEPS es ese amigo incómodo que llega a la fiesta y se come todo el pastel, pero te dice que es por tu bien. Es el «yo invito» de los impuestos: tú pones el dinero, y «ellos ponen la infraestructura pública», que también es tuya. Claro, porque es más fácil culpar al IEPS que a la gasolina misma, que sigue ahí, inmutable, viendo cómo el impuesto le roba el protagonismo.

Soluciones creativas para sobrevivir al 2025

Si ya estás pensando en cómo optimizar tus recursos, aquí van unas sugerencias para este año:

– Carpooling al estilo mexicano: Invita a cinco amigos al carro, pero cobran bien las coperachas. Que cada quien pague su litrito de IEPS.

– Replantea tu dieta: Cambia los refrescos y los cigarros (también grabados con IEPS) por caminatas saludables. Así te ahorras tres impuestos de un solo golpe.

– Un cambio de hobby: Cambia el volante por el manubrio de la bicicleta. No solo haces ejercicio, sino que le gritas al IEPS: «¡No me vas a atrapar!»

El consuelo del automovilista

A final de cuentas, siempre podemos consolar nuestras penas con la típica frase mexicana: «¡Peor sería que subiera el dólar!» Porque, al parecer, ese es el estándar nacional de la tragedia.

Así que no, la gasolina no subió, pero el IEPS llegó con todo su peso. Llenar el tanque ahora es casi como pagar una tanda semanal… solo que en lugar de recibir un premio, recibes kilómetros. ¡A darle, que para eso trabajamos, para pagar impuestos con buen humor y buena cara!

¿Y tú? ¿Ya hiciste cuentas de cuánto le donarás al IEPS este mes?