Tomiko Itooka, una mujer japonesa que ostentaba el título de la persona más longeva del mundo, falleció el pasado 29 de diciembre a los 116 años por causas naturales. Su muerte ocurrió en la residencia de ancianos de Ashiya, en el oeste de Japón, donde había vivido durante las últimas tres décadas, según informó el ayuntamiento local.

Nacida el 23 de mayo de 1908 en Osaka, Itooka fue la mayor de tres hermanos y testigo de más de un siglo de cambios históricos y culturales en Japón. Su longevidad la convirtió en un ejemplo de resistencia y esperanza para muchos. En diciembre de 2023, tras el fallecimiento de Fusa Tatsumi, otra mujer japonesa de 116 años residente en Kashiwara, Itooka se convirtió en la persona viva más longeva de Japón.

Meses después, en septiembre de 2024, el Libro Guinness de los Récords la reconoció oficialmente como la persona viva más longeva del mundo, tras el fallecimiento de Maria Branyas Morera, una mujer española que había alcanzado los 117 años en Olot, provincia de Gerona.

El alcalde de Ashiya, Ryosuke Takashima, expresó sus condolencias a la familia de Itooka a través de un comunicado difundido por la radiotelevisión japonesa NHK. "La señora Itooka nos brindó mucho coraje y esperanza a lo largo de su larga vida", declaró Takashima, destacando el impacto positivo que tuvo en la comunidad local.

La historia de Tomiko Itooka es un recordatorio del valor de la longevidad y de la importancia de celebrar la vida en todas sus etapas. Su legado perdurará como fuente de inspiración para generaciones venideras.