En un acto histórico en la Basílica de Guadalupe, la presidenta Claudia Sheinbaum inauguró el programa “Sí al desarme, sí a la paz”, una iniciativa que busca reducir la violencia armada en el país mediante el intercambio de armas por dinero en efectivo. Este plan, que incluye también el canje de juguetes bélicos por alternativas no violentas, representa un paso clave dentro de la estrategia de seguridad del nuevo gobierno.

El programa permite a los ciudadanos entregar armas de manera totalmente anónima, sin temor a ser investigados. “Si hay un arma en el hogar, simplemente se entrega, se reciben recursos económicos a cambio y el arma se destruye”, explicó Sheinbaum. La meta principal, según la mandataria, es clara: eliminar las armas de los hogares mexicanos y fomentar una cultura de paz.

Para garantizar transparencia y eficacia, el personal de la Secretaría de la Defensa Nacional será el encargado de recibir y destruir inmediatamente las armas entregadas, desde pistolas y rifles hasta lanzamisiles y granadas. A cambio, los ciudadanos recibirán una compensación económica basada en un tabulador oficial. Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Gobernación, subrayó que el proceso es completamente confidencial y libre de cuestionamientos sobre el origen del arma.

Sheinbaum, quien asumió la presidencia el pasado 1 de octubre, enmarca este programa dentro de su estrategia de seguridad basada en cuatro ejes principales: atender las causas de la violencia, consolidar la Guardia Nacional, emplear inteligencia para combatir el crimen y mejorar la coordinación entre autoridades federales y estatales. Datos recientes del Gabinete de Seguridad indican que los homicidios dolosos han disminuido un 16.3% durante los primeros meses de su administración, pasando de un promedio diario de 87 víctimas en septiembre a 72.8 en diciembre.

Con más de 200 mil armas ingresando ilegalmente a México cada año, la mayoría provenientes de Estados Unidos, el gobierno enfrenta un desafío monumental. Según un informe del Departamento de Justicia estadounidense, el 74% de las armas incautadas en el país tienen origen en territorio norteamericano. Sheinbaum reiteró su compromiso de reducir esta amenaza: “Queremos que ninguna familia tenga un arma en su hogar”.

El lanzamiento del programa en la Basílica de Guadalupe también simboliza un acercamiento entre la administración de Sheinbaum y la Iglesia católica, una relación que había sido tensa durante las campañas electorales. En el evento, el rector del templo, Efraín Hernández, destacó la importancia del programa: “Este es un día histórico. La presidenta demuestra su preocupación y su interés por unir a México en solidaridad y paz”.

Además de las jornadas en iglesias católicas y evangélicas, el programa incluye brigadas que recorrerán calles y hogares para promover la participación ciudadana. Sin embargo, el gobierno no ha revelado la inversión total destinada ni el número de armas que esperan recolectar, lo que plantea interrogantes sobre el alcance del programa.

“Sí al desarme, sí a la paz” representa un esfuerzo integral por combatir la violencia en México, promoviendo la seguridad y el bienestar en las comunidades. Con el apoyo de instituciones religiosas y sociales, el gobierno de Sheinbaum busca construir un futuro más seguro para las generaciones venideras.