Este 2 de febrero se festeja en México el Día de la Candelaria, un día en el que se ha vuelto una tradición comer tamales y que tiene relación con el festejo del Día de Reyes, el 6 de enero, ya que si al partir la rosca te sale el muñeco del ‘Niño Dios’, este día de toca invitar los tamales.

 

La celebración entre el Día de la Candelaria y el comer tamales es el resultado de una fusión cultural ocurrida hace siglos atrás, de acuerdo a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), este festejo tiene sus orígenes en Europa y fue traído al país mexicano por los españoles en la época colonial.

 

“Recuerda la presentación del Niño Jesús en el templo, y el acto de purificación de la Virgen María después del parto, a 40 días de la Navidad”, comentó Roberto Álvarez Manzo, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.

 

En esta celebración, había un momento en el que se encendían las candelas, es decir, las velas, lo que mantiene relación directa con el nombre del festejo del 2 de febrero.

 

El Día de la Candelaria fue utilizado por los españoles para la catequización de los indígenas.

 

Mientras que, para los mexicas, febrero era la época más seca del año y le pedían a sus deidades (Tláloc y Chalchiuhtlicue), que los cultivos sobrevivieran. Por medio de ofrendas de mazorcas de maíz se iniciaban las peticiones de lluvias.

 

Entre las ofrendas para pedirles a los dioses una mejor cosecha, el maíz era el elemento estrella, por lo que al pasar del tiempo las velas del Día de la Candelaria y las peticiones de los mexicas, se fusionaron.

 

“Para inicio del siglo pasado, la oportunidad de que la gente conviviera, se uniera y compartiera los alimentos se había generalizado, sobre todo en la parte central de México”, comentó Álvaro Manzo