El martes pasado, una serie de apagones afectaron a varios estados del país debido a situaciones que impactaron la capacidad de generación eléctrica en diversas centrales. Según el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), estos incidentes surgieron en medio de una ola de calor que incrementó significativamente el consumo de energía eléctrica.

El aumento en la demanda de energía, atribuido al uso de aires acondicionados y otros dispositivos para combatir el calor, llevó al sistema eléctrico nacional a operar en condiciones de emergencia. El Cenace declaró un estado operativo de alerta cuando la reserva operativa cayó por debajo del 6%, y posteriormente, se declaró estado operativo de emergencia cuando esta reserva descendió al 3% o menos.

En respuesta a la emergencia, se implementaron cortes rotativos de suministro eléctrico para mantener la seguridad y confiabilidad del sistema. Estos cortes afectaron a diversas ciudades y estados, incluyendo la Ciudad de México, el Estado de México, Hidalgo, Guanajuato, Puebla, Veracruz, Chiapas, entre otros.

La capacidad de generación se vio afectada por la salida de servicio de varias plantas generadoras, tanto de ciclo combinado como eólicas y solares. Esto, junto con la demanda máxima de energía que alcanzó su punto más alto en la tarde del martes, contribuyó a la situación crítica.

El presidente López Obrador atribuyó los apagones a la alta demanda generada por las elevadas temperaturas, asegurando que el gobierno cuenta con suficiente capacidad de generación de energía para abastecer las necesidades del país.

Sin embargo, expertos advierten que este tipo de eventos podrían volverse más frecuentes si no se toman medidas para abordar el estrés en el sistema energético. Se hace hincapié en la importancia de mantener un margen de operación adecuado y coordinar acciones tanto públicas como privadas para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico.

 

 

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