Según revelan datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las tasas de suciodio en Estados Unidos aumentaron en 2012, casi igualando el récord de 2018.

 

Durante 2021 hubo 48.183 muertes por suicidio, en 2020 fueron 45.079 y en 2019 se registraron 47.511.

 

Las tasas de suicidio ajustadas por edad entre los indígenas estadounidenses o los nativos de Alaska fueron las más altas de todos los grupos, con 28,1 muertes por suicidio por cada 100 000, y experimentaron el mayor cambio porcentual relativo entre 2018 y 2021 con un aumento del 26 %. Las tasas de suicidio también aumentaron alrededor de un 19 % entre los negros entre 2018 y 2021, y un 6,8 % entre los hispanos entre 2018 y 2021.

 

El CDC señaló varias razones para el aumento de las tasas de suicidio, incluidos problemas personales, profesionales y financieros, así como la pandemia por Covid-19.

 

“El suicidio es un problema complejo relacionado con múltiples factores de riesgo como la relación, el trabajo o la escuela y los problemas financieros, así como la enfermedad mental, el uso de sustancias, el aislamiento social, el trauma histórico, las barreras a la atención médica y el fácil acceso a medios letales de suicidio entre las personas de riesgo”, indicó el CDC.

 

Y agregó que “a medida que la nación (Estados Unidos) continúa respondiendo a los impactos a corto y largo plazo de la pandemia de Covid.19, es fundamental mantenerse alerta en los esfuerzos de prevención, especialmente entre las poblaciones afectadas de manera desproporcionada donde los impactos a largo plazo pueden agravar las desigualdades preexistentes en el riesgo de suicidio”.