Este viernes el Primer Ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, afirmó que comenzaría un diálogo para discutir y planear la retirada de la milicia estadounidense de su país después de que un ataque estadounidense matara a un líder de la milicia iraquí en Bagdad, capital de Irak, el pasado jueves.

 

Un oficial de la milicia estadounidense declaró, respecto al ataque realizado este jueves 4 de enero, que fue un “ataque de gran precisión” contra el vehículo del líder militar iraní, quién “estaba involucrado activamente en la planeación y ejecución de ataques contra el personal estadounidense” en el país. 

 

Por su parte, al-Sudani dijo que el acuerdo por el que las tropas estadounidenses están asentadas en Irak establece la igualdad de soberanía de ambos países, lo que fue violado por el ataque estadounidense.

 

"Hemos subrayado repetidamente que, en caso de violación o transgresión por alguna de las partes iraquíes, o si se viola la legislación iraquí, el gobierno iraquí es la única parte que tiene derecho a hacer un seguimiento del fondo de estas violaciones", dijo al-Sudani en declaraciones compartidas por su oficina.

 

El primer ministro dijo que estaba en proceso de establecer un diálogo bilateral con Estados Unidos para discutir la retirada de unas 2,500 tropas estadounidenses de su país, añadiendo que su gobierno no se “echará atrás” además de que “no descuidará nada que competa seguridad nacional”.

 

El ataque estadounidense del jueves mató a Mushtaq Taleb al-Saidi, líder de un grupo miliciano respaldado por Irán, Harakat Hezbolá al-Nujaba (HHN), tras aterrizar cerca de un cuartel general de seguridad en Bagdad.

 

El verdadero problema para Irak es que dicho grupo forma parte de las Fuerzas Populares de Movilización (PMF, por sus siglas en inglés), un conglomerado de grupos chiítas que se oponen al Estado Islámico, también conocido como ISIS, por lo que son reconocidos como agencias de seguridad oficiales del gobierno iraquí. Es por esto que, en cierta medida, el ataque contra el comandante de Hezbolá es visto como un ataque a un oficial del propio país, por eso las acusaciones contra Estados Unidos de violar la soberanía de Irak.